Experiencias personales

Durante mi formación docente he tenido la oportunidad de observar distintos contextos educativos en los que se busca atender de manera adecuada a estudiantes con necesidades específicas. Uno de los casos que más llamó mi atención fue el de una niña con parálisis cerebral infantil que formaba parte de un grupo escolar en un Centro de Atención Múltiple. Aunque su condición limitaba algunos de sus movimientos voluntarios, su participación dentro del aula era significativa gracias a los apoyos físicos, comunicativos y emocionales que se le brindaban.

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Trastornos neuromotores en el aula: comprendiendo la diversidad y transformando la práctica educativa

En el marco de mi intervención educativa dentro del taller de Formación Laboral en el área de alimentos, en un Centro de Atención Múltiple, desarrollé un proyecto cuyo objetivo principal fue fortalecer la motricidad fina y gruesa de los alumnos a través de actividades prácticas relacionadas con la preparación de alimentos. Este espacio permitió implementar estrategias orientadas al desarrollo de habilidades funcionales y al mismo tiempo fomentar la participación activa de los estudiantes, considerando sus características individuales. A lo largo del proyecto se trabajó con materiales accesibles, rutinas estructuradas y apoyos visuales, lo que no solo facilitó el aprendizaje de procesos básicos en la cocina, sino que también contribuyó a mejorar la coordinación, la autonomía y la autoestima de los participantes.

De igual forma se puede acceder al trabajo a través de la siguiente imagen: 

Proyecto "Manos que cocinan, corazones que aprenden"